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lunes, 30 de enero de 2017

ÉRAMOS TAN JÓVENES

      ¡¡Como mola tio!! ¡¡Esto está dabuten colega!! Si estas frases te suenan y sabes lo que significan, dos cosas, ya no eres tan chaval como creías y, enhorabuena, porque has conseguido llegar a una edad a la que no todo el mundo llega. Como cambia el lenguaje a lo largo de la vida. Lo que hace unos "pocos" años nos parecía que hablar así era estar en la "onda", resulta que ahora, si lo haces, es que estás desfasado y eres un "carca".
     ¡Que recuerdos! Aquellas palabras que nuestros padres nos prohibían pronunciar porque eran signo de malas personas, de drogadictos o de gente de mal vivir. Y ahora, ya ves, si se las dices a algún chaval de los de hoy en día, te mira de arriba a abajo y te dice "déjame en paz viejo".
       Como me acuerdo de aquel "¿Que pasa tronco?" que tanto servía para saludar a tu "coleguilla" de toda la vida, como para empezar una pelea con algún rival del barrio vecino. O aquel "Que guay está tio. Lo flipo en colores". Y como olvidarnos del tan utilizado "Menuda ful de estambul". Para nuestra época, hablar así, suponía ser una persona "enrollada", una persona que estaba a la última en modas (o modismos), una persona avanzada a su tiempo, una persona... en una palabra, que estabas en la onda, vamos. 
       Una que me hacía especial gracia y que nunca he sabido exactamente que significaba, era aquella de "Tonto lava". Era muy utilizada, pero nunca he sabido a ciencia cierta a que se refería. Aunque eso nos daba igual, lo importante era no parecer desfasado con respecto al resto de "peña", y si ellos la empleaban, uno no iba a ser menos. Lo mismo me pasaba cuando decíamos lo de "Efectiviwonder", "Mola cantidubi" o, como no, "Eres la monda lironda" ¿De donde carajo nos sacabamos esas expresiones? Y luego estaban las que marcaban diferencia: "Vamos a dar un voltio tio", "Guay del Paraguay" o "Vamos a la disco a mover el esqueleto". ¡Que memos eramos! Mira, me ha salido en verso (vaya, eso también lo decíamos en mi época)
       En fin, ya hemos recordado un poco aquellos tiempos en que éramos tan jóvenes y ahora solo nos queda no descolgarnos de la época en que vivimos, y adoptar como nuestras, las nuevas palabras y frases que utilizan los jóvenes de hoy en día. Así que haciendo un gran esfuerzo mental, me meto de lleno en la onda actual y os digo "Arreando que es gerundio" y "Hasta luego cocodrilo". ¿Mentira o Verdad?

lunes, 16 de enero de 2017

EN DEFENSA DE LOS ANIMALES

          Hoy quiero blandir mi espada vengadora en favor de aquellos animales que, por unas u otras razones, se encuentran en inferioridad de oportunidades en relación con otros más afortunados. Todo el mundo defiende a los linces, las aguilas, los gatos, los perros, los periquitos, los monos... ¿Pero quien defiende a lo animales que no nos gustan? He llegado a la conclusión de que a las personas nos pasa mucho eso de que si un animal no nos entra por el rabillo del ojo... debe desaparecer. ¡¡Pues no!! Para eso estoy yo aquí, para defender a ultranza a todos esos animales apestados a los que el hombre detesta y promueve su exterminio.
            En primer lugar empezaré por ese animalico tan fiel y entrañable al que todo el mundo conoce y que realmente es el único ser del reino animal que se merece el apelativo de "Mejor amigo del hombre". Porque ¿Hay algún animal más fiel compañero que la mosca? ¡¡Nooo!! Ni siquiera el perro es más fiel que este pequeño y diminuto insecto alado. Haced la comprobación. Iros un día de excursión al campo con vuestro perro y veréis como cuando sintáis ese dolorcillo tripero, ese apretón mañanero, que de una forma involuntaria os obliga a adoptar posiciones yoguísticas para "aflojar lastre", veréis como las únicas compañeras que tendréis en tan ardua faena son las moscas. ¡Siii! ¿Y vuestro perro? Vuestro perro estará correteando detrás de alguna mariposa, ajeno a vuestros devenires mañaneros, sin importarle lo más mínimo lo que os está ocurriendo en esos momentos. Sin embargo, la mosca estará allí, en primera línea de fuego, aguantando vendavales y ventiscas, revoloteando a tu alrededor, como dándote ánimos para terminar tu faena. Y es más, cuando te hayas levantado y te hayas ido de aquel lugar, ellas permanecerán allí, impávidas, custodiando ese pedacito de ti que has abandonado en el monte. Pero tu perro ni se habrá enterado, andará enjugascado, metido en sus cosas... en una palabra "pasando de ti como de la mie..." Y nunca mejor dicho.
            Otro animalito que me llena de ternura y que también es odiado por la gran mayoría de las personas es el mosquito. Es un animal que se preocupa de nosotros sin esperar una caricia o una palabra cariñosa de nuestra parte. Haga frio o haga calor, estés triste o alegre, él siempre te amenizará las noches con ese sonido trompetero tan característico suyo. Pondrá todas sus fuerzas en lograr que tu sueño sea lo más grato y "picante" posible y, como mucho, solo te pedirá un chupito de tu sangre, un enjuagarse los labios con tu dulce néctar, vamos, que se trata de un animal que bebe la sangre por ti. Ya quisieran muchas (y muchos) a alguien tan zalamero a su lado.
               Y podría seguir meses y meses escribiendo sobre animales a los que hemos catalogado de "molestos", de "plaga que debe exterminarse", sin tener en cuenta que ellos también tienen su corazoncito y que les encanta tenernos a su lado, pero se me ha hecho la hora de sacar a pasear a mis piojitos. ¡Que lindos y pequeñines que son! Y estoy de suerte, porque he visto varias liendres en mi cabello. ¡Creo que voy a ser tio de nuevo. Que contento estoy!  ¿Mentira o Verdad?

martes, 10 de enero de 2017

BARES SON LUGARES

      Como ya sabréis, debido a mi trabajo (jajaja), paso el día de aquí para allá y, por desgracia, debo comer todos los días fuera de casa. No os podéis hacer una idea de lo diferente que se come según el bar que escojas. Harto ya de comer siempre lo mismo, un día me determiné por entrar a uno de esos restaurantes con estrellas Michelín. En concreto éste, que tenía 4 y, como yo no pago que paga la empresa, pues me dije: "Vamos pa dentro".
      Entré en su interior y allí no había un alma. Aquello se veía de un lujo desorbitante. Pensé: "Igual es que esta gente come más tarde". Así que sin pensármelo dos veces entré en el recinto. Al momento salió a recibirme el Métre, todo etiquetado, que parecía más un pipiolo que estaba buscando ligue que un maestro de la cocina. "Buenos días. ¿Que desea el señor?" Me espetó. "Pues no sé bien que es lo que sirven aquí, así que me pongo en sus manos". Le dije haciéndome un poco el longui. "Buena decisión caballero. Para empezar le serviré unos entremeses basados en el Bluff fumme". Lo pongo tal y como yo lo oí, porque no tengo ni idea de como se escribía aquello. "Perfecto, sirvamelo". A los pocos minutos apareció con un plato hondo y un cucharón (como la canción) y me lo dejó en la mesa. Aquello era como un albondigón gigante. Lo pinché un poco con el cuchillo para cortarlo y de repente hizo ¡Bluffff! y empezó a desinflarse y a salir un humo de color verdoso que asustaba. Dos minutos estubo saliendo humo, hasta que en el plato solo quedó una fina laminilla, como de papel. "No, señor, no se lo coma. Eso no es comestible. solo es para aspirar el aroma que sale al partirlo, para que sus sentidos estén preparados para la comida que viene a continuación. Ahora le voy a servir el "Sepie al quiub", ¡Delisiee! ya lo verá". Aquello sonaba bien y parecía que sería sepia, más que nada por el nombre. Al poco rato apareció con un bandejón inmenso, tapado con una tapa dorada. lo dejó sobre la mesa y se marchó. 
         Lo destapé y en su interior empezaron a salir hojas de todo tipo, de parra, de perejil, de laurel, incluso alguna que otra margarita, hasta que por fin llegué al fondo de la bandeja y... ¡¡allí estaban!! tres pequeñísimos trozos de sepia cortados en forma de cubo. Casi ni se veían. Fijaros como serían de pequeños que de un solo ataque con el tenedor me los llevé pinchados. Y no creáis que tuve que abrir mucho la boca para introducirlos en ella. Casi esbozando una ligera sonrisa penetraron en mi interior (uyyy que mal suena todo esto). En fin que aquello me duró "ná", así que llamé al Métre para que me trajera otro plato.
         Más de media hora tardó en venir el "trajeao" y eso que no había nadie en el local. "Para que usted tenga tiempo de saborear y paladear los aromas de esta exquisita comida", tuvo la desfachatez de decirme el gachó. "De la media hora que he estado esperando me han sobrado 35 minutos, con eso te lo digo "tó". Le tuve que contestar. "Anda, tráeme algo de carne, pero en abundancia, que tengo un hambre que "paqué paqué". Al momento se presenta con un platerón lleno de huesos gigantescos. Serían por lo menos de dinosaurio, pero no tenían ni un gramo de carne. ¡¡Así, bien repelados estaban!! "Es para que sienta el placer de roer los huesos, de la misma forma que hacían sus antepasados". ¿Pero este mojigato me está tomando el pelo o qué? "Mira, mis antepasados no pasaron tanta hambre ni cuando la guerra, así que ahora mismo me largo de aquí. ¡Pero si estoy ahora más delgado que cuando entré! Y eso que he venido a comer. Dígame que le debo". "Pues serán 450 € y no le cobro la carne, que no la ha probado". Agarré la chaqueta y me largué a toda ost... de allí, haciendo uno de los "sinpas" más rápidos de mi vida. ¡Pues no me dice el gachó que 450 leuros. "Amos anda"!
            Y desde entonces solo entro a comer a esos bares donde todo huele a fritanga, con sus croquetones, sus tortillas de patata, sus muslitos y calamares aceitosos... Porque, como dice la canción "bares son lugares..." ¡¡Que gusto da comer bien!! ¿Mentira o Verdad?